Llevo ya varios años empezando casi todos los días de la misma manera: Cojo un postit amarillo, pongo la fecha y escribo las tres o cuatro cosas importantes que quiero hacer ese día, lo doblo, me lo meto en el bolsillo y voy tachando conforme las completo.
Es importante que sean solo tres o cuatro cosas para no caer en la «falacia de la planificación» es decir, intento no emocionarme en exceso creyendo que puedo acabarlo todo en un día. Un «sobreoptimismo» muy humano.
Seguramente tu haces algo muy parecido y lo haces porque te ayuda a tomar mejores decisiones. Es probable que te ocurra como a mí y por diversas «buenas» razones que se cruzan en tu camino todos los días no consigas cumplir todos tus tres objetivos. Hoy te propongo un truco muy sencillo con el que conseguirás que tu productividad se dispare y poder tachar algo más de tu lista.
La revisión al final del día!
Un par de minutos de reflexión sobre las decisiones que has ido tomando durante tu día te ayudarán a mejorar las decisiones que tomes el día siguiente.
Lo ideal es hacerlo por escrito, quizás en otro postit o en el cuaderno donde apuntas las cosas que quieres recordar. Pero si prefieres hacerlo mentalmente mientras te lavas los dientes por la noche también va a funcionar.
Con esto vas a conseguir dos cosas:
- Preparar el día de mañana. Recuerda lo que decía Sun Tzu en el arte de la guerra «El bushi inteligente se prepara para la guerra en tiempos de paz.»
- Mejorar las decisiones que tengas que tomar.
De estas dos, la más importante es la segunda. Al final de los finales nuestra vida es una consecuencia de las decisiones que vamos tomando día a día.
Al día siguiente cuando tenga que elegir entre dos cosas me haré la siguiente pregunta: ¿Cómo me voy a sentir al final del día acerca de esto?
Si puedo elegir entre escribir en mi blog y navegar en facebook o ver videos en youtube, sé que al final del día me sentiré mucho más satisfecho conmigo mismo si elijo mejorar mi escritura.
Si tengo que elegir entre comerme una segunda bolsa de risquetos (soy adicto) o hacer algo de ejercicio, sé que estaré más contento de haber salido a jugar al tenis o a pasear con mis perros.
Al final del día sé que voy a lamentar el haber estado una hora derrumbado en el sofá o jugando frente una pantallita pero no el haber salido con mi mujer y mis perros a pasear por el campo.
Mis decisiones mejoran revisando mi día un poco cada noche. Es posible que te funcione a tí también. Te invito a que lo pruebes una semana y me lo cuentas en los comentarios.
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