Cuando era más joven pensaba que no llenar mi día con todo tipo de actividades, lecturas, salidas con amigos, estudiar etc. era perder un día miserablemente.
Con los años me he dado cuenta en que ser productivo consiste realmente en saber reducir y simplificar tus actividades diarias.
Pero si no hago muchas cosas… entonces ¿no estoy siendo poco productivo?
No, porque al eliminar lo superfluo y centrarte en las tareas más importantes estás dedicándoles más atención.
Al reducir mis objetivos para el día a 2 o 3 me estoy concentrando más en esas 2 o 3 tareas realmente importantes.
Me esfuerzo en completarlas y en hacerlas lo mejor posible y paradójicamente haciendo «menos» estoy consiguiendo más.
Menos no es más pero menos puede ser mejor.
Si te paras a pensarlo descubrirás que nuestro día está plagado de actividades irrelevantes.
A veces tu propio entorno te contagia de un ritmo desenfrenado de trabajo.
Tu mente se satura y responde bloqueandose. Ante esto hay que pararse y descubrir cuales son las dos o tres cosas realmente importantes para el día y concentrarte en acabarlas sin dejar que nada ni nadie te distraiga.
Mi consejo:
Cada mañana antes de empezar la jornada escribe tu plan para el día en un postit.
Pueden ser 5 o 10 tareas.
Decide cual de esas 10 tareas es la más importante de todas y márcala con un asterisco, decide cual es la segunda más importante y ponle otro asterisco. Proponte firmemente no dejar que nada te distraiga hasta que las concluyas.
Y dedica tus mejores energías de la mañana a finalizarlas.
Si consigues dos objetivos importantes cada día durante una semana habrás conseguido hacer 14 cosas.
Te garantizo que vas a dormir muy bien.
El mayor enemigo de la productividad es el multitasking.
Dedicarse a una sola tarea puede ser complicado pero hacer varias cosas simultáneamente es una receta para el fracaso o el trabajo chapucero.
Como decía en otro post la ciencia cognitiva tiene muy claro que la atención es lineal y sólo se puede dirigir a una sola cosa en cada momento.
La multitarea simultánea no existe.
O estas concentrado en una cosa o en otra.
Nuestra mente no tiene el don de la ubicuidad.
El enemigo «oculto» de la productividad son las ganas de saltar a otra actividad.
Correos electrónicos, mensajes del wasap, amigos y compañeros que están permanentemente en crisis y te llaman para contarte milongas, mirar las actualizaciones del Facebook cada 5 minutos… ¿Qué os voy a contar?
Más que en la era de la información vivimos en la era de la distracción.
Concentrarte en una sola cosa es cada vez más complicado.
Lo sé porque a mí también me pasa cada día.
XD
¿Qué se puede hacer para favorecer la concentración y no saltar de una cosa a otra?
- Es importante tener un «mapa» claro que indique hacia donde quieres que vaya tu día. A mi el «truco» de escribir las tareas más importantes en un postit me funciona muy bien.
- Intenta minimizar las distracciones. Si estás estudiando tu tema de oposiciones toma medidas para que no te distraigan: teléfono en modo avión, router desconectado…
- Las ganas de saltar a otra actividad atacan «a traición», sin que te des cuenta empiezas a pensar… «mmmmm me pregunto si alguien habrá puesto algo nuevo en ese foro de oposiciones que sigo»
- Es muy importante que seas muy consciente de esa urgencia a dejar lo que estás haciendo y la intentes resistir. Esta resistencia va creciendo con la práctica.
- Aprende a decir «no». Decir «no» a cosas sin importancia es ganar tiempo para hacer las cosas que sí la tienen.
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