La inercia vital tiene mala prensa y es normal.
Todos hemos estado alguna vez recostados en el sofá pensando en todas las cosas que tenemos que hacer y en lugar de ponernos manos a la obra hemos seguido delante de la tele un minuto más, 10 minutos más, 20 minutos más… simplemente porque no tenemos muchas ganas de movernos.
Seguimos «apalancados» por pura inercia.
Pero podemos usar esta misma inercia para crear buenos hábitos, para estudiar y en general para cosas que nos «cuestan trabajo».
¿Cómo podemos usar la inercia a nuestro favor?
El tema es que la inercia a veces no es tan mala.
Si lo piensas bien hasta puede ser tu amiga.
De hecho a mi me ayuda bastantes veces al día.
Hace un rato no tenía muchas ganas de escribir y tecla a tecla ya llevo más de 600 palabras en este y otro post (normalmente escribo dos a la vez)
Sólo he tenido que hacer dos cosas:
Sentarme frente al ordenador (He dado el primer paso)
Seguir escribiendo (la inercia es mi amiga)
A lo largo del día tenemos tareas importantes que hacer de las que posiblemente estudiar sea sólo una de ellas.
Son tareas que posponemos, que «procrastinamos», porque nos parecen desagradables o por miedo a hacerlas mal.
Antes esto mi receta es… dar el primer paso y déjate llevar por algo tan humano como es nuestro «piloto automático»
¿Quien no pone el piloto automático» una o varias veces al día?
Las tareas repetitivas invitan a hacerlo.
Sin embargo hay un truco extraordinario para vencer el «apalancamiento vital».
Uno de los grandes «life hacks» que he incorporado a mi vida porque funciona siempre.
Y es dar el primer paso.
¿Deberías salir a correr y te da pereza?
Haz lo siguiente:
No pienses en que correr es cansado que hasta que entres en calor vas a «pasarlo mal» resoplando y con los músculos fríos.
En lugar de eso concentrate en dar el primer paso.
Ponte las zapatillas de correr.
Sólo eso.
Ya las tienes puestas.
Ahora sólo piensa en el siguiente paso.
Sal a la calle.
Hace frío o hace calor… pero ya estás en la calle.
Se respira bien aquí afuera.
Ahora si quieres te das la vuelta y te vuelves a tu casa.
Pero no lo harás.
Porque «ya que estás ahí» vas a correr unos minutos.
Y por inercia acabarás corriendo unos minutos más.
Y al final habrás corrido más de lo que pensabas correr.
Y todo empezó con un primer paso.
Tienes que estudiar tu tema del día.
Lo tienes programado en tu programación semanal y en la mensual.
Es tu gran objetivo del día.
Pero estás desayunando mientras te ves un capítulo de tu serie favorita.
Terminas de desayunar y sigues pegado a la tele.
Cualquiera te levanta.
Haz lo siguiente:
Ponte de píe.
Solo eso.
Vete a llevar tu taza del desayuno a la cocina.
Ahora te vas a dar una ducha de rápida y luego vas a volver a seguir viendo la tele.
Pero no vuelves.
En lugar de eso te sientas «un momento» frente a tu tema de oposiciones.
Y te pones a leerlo por encima…
Pasan 30 minutillos y ahí estás subrayando y haciendo esquemas como un campeón.
Porque ya que te has puesto lo vas a terminar.
Por inercia.
No se que pensareis pero creo que todo el mundo ha tenido experiencias negativas y positivas con la «inercia vital».
Si te apetece, cuéntame alguna en los comentarios.
Si te ha gustado el post, te agradecería que lo compartieras en Facebook, twitter o tu red social favorita.
Igualmente, gracias por pasarte por aquí!


Deja una respuesta