Tu mente está inventando excusas continuamente para evitar que te concentres en estudiar tus oposiciones, refuerces un hábito o cumplas tus buenos propósitos.
Amigo, ten mucho cuidado con los pensamientos.
Gandhi decía que nuestros pensamientos gobernaban nuestro destino.
«Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino.»
Todo empieza en tu cabeza.
Tu mente tiene muchas formas de racionalizar, resistirse e inventar excusas pintorescas para evitar que tus planes se cumplan.
Quieres dejar de fumar, quieres hacer más ejercicio, quieres estudiar un tema de oposiciones todos los días, quieres comer más sano…
Tu mente siempre va a intentar devolverte al modo de “piloto automático”.
A que te “acomodes”.
Esto ocurre como dice Leo Babauta de tres maneras:
Pensamientos Apremiantes.
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Los pensamientos apremiantes son “espejismos de urgencia” que crea tu cerebro.
Cuando tu mente te dice que no le apetece seguir con el programa establecido, estudiar el tema que te toca, saltarte tu límite de 3 cigarrillos al día… eso son los pensamientos apremiantes.
Aparecen de la nada y se instalan en tu cabeza con mucha fuerza.
Las buenas noticias es que los pensamientos apremiantes suelen desaparecer como han venido: De repente.
¿Qué puedes hacer?
Observa esos pensamientos que intentan que te salgas del buen camino y aguanta 1 o 2 minutos.
En la mayoría de los casos desaparecerán.
A veces tardarán mucho más de 1 minuto.
Pero acabarán desapareciendo.
Dales largas.
Conviertete en experto en “dar largas” a los pensamientos apremiantes.
Racionalizaciones.
Todo el mundo y yo el primero se intenta convencer y justificar a si mismo de muchas cosas:
No pasa nada si me fumo un solo cigarrillo.
Es solo uno.
Estoy muy estresado.
O lo contrario: Estoy muy relajado y me lo merezco.
O… estoy muy contento.
Lo celebro con un cigarrillo.
No importa si me salto un día de entrenamiento.
Es sólo uno.
No pasa nada.
Para que sufrir si puedo evitarlo?
¿Qué puedes hacer?
Observa estas racionalizaciones pero no te las creas.
Son trampas que te pone tu mente.
A veces caerás (yo también caigo muchas) pero es importante que las reconozcas.
Y que te propongas resistir un poco más la próxima vez.
También es buena idea quitar tentaciones de en medio.
Móvil desconectado, router desconectado, paquete de cigarrillos inexistente porque te has desecho de él… etc.
Conviertete en un experto en reconocer las racionalizaciones.
Y por último:
El peor de todos
La vocecita negativa.
A mi esto me ocurre mucho.
A veces una vocecita negativa resuena en mi interior:
Tio, esto no te va a salir.
Esto es imposible.
Demasiado complicado.
No vale la pena el esfuerzo
Al final, no va a servir de nada.
Prefiero hacer otra cosa.
Tú también la has oido alguna vez y sabes a qué me refiero.
Pero además nuestra vocecita negativa planta semillas contra los demás:
¿Dónde le habrán dado el carnet a este imbecil?
A este le merece que le pase de todo.
Ojalá se le atragante la paella. 🙂
Todos estos pensamientos negativos al final se acumulan y resultan en una actitud negativa ante proyectos y personas.
Los pensamientos negativos pueden resultar en acciones negativas
o pasivo-agresivas (“pues ahora no hago nada, que se fastidien”)
Muchas acciones negativas repetidas acaban convirtiendose en hábitos.
Y los hábitos acaban moldeando tu personalidad.
¿Qué puedes hacer?
Observa estos pensamientos.
Reconocelos cuando aparezcan.
Intenta transformarlos.
Cambia el no es posible” por “es difícil pero voy a intentarlo”
Cambia “ no vale la pena el esfuerzo” por “aunque salga mal algo voy a aprender”
Conviertete en un experto en cambiar esa voz negativa.
Termino como empecé:
Con una de mis frases favoritas:
«Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino.»
¿Has notado alguna vez alguna de estas tres «zancadillas» que te pone tu mente? Espero que me lo cuentes en los comentarios.
Como siempre, gracias por leer y por compartir el artículo en las redes sociales si te ha gustado.
La vocecilla negativa me persigue CADA DÍA cuando pienso en el examen 🙁
Pero luego sale mi voz de gigante Hulk y entre lucha y lucha, ahí voy tirando…
Muy enriquecedora la frase de Ghandi
Muchas gracias por comentar, Cristina. Yo creo que esa voz la oímos todos. Lo importante es intentar cambiarla y esto se va consiguiendo día a día.
¿Estás opositando? ¿Cómo encontrastes el blog?
Gracias por pasarte por aquí y gastar un par de minutos dejando un comentario.
Sí, estoy opositando (por primera vez…!) y ahí voy luchando con mis exigencias cotidianas y culpabilidad por no poder cumplirlas a menudo, pero motivada al fin y al cabo.
Encontré este blog desde el de prepara tus oposiciones de Ester y, la verdad, me alegro. Viene bien reflexionar y cargarse de energía positiva
Otra cosa no soy pero positivo sí. Creo que no hay nada imposible con la suficiente dedicación y que de todas las experiencias y trabajo se puede sacar siempre algo bueno.
Un saludo Cristina, suerte y gracias por volver por aquí.
Lo pondré como frases de cabecera, gracias por el post
MUY OPORTUNO, LO NECESITABA. EMPEZARE MI PROPIA TAREA . GRACIAS
SALUDOS CORDIALES MARTHA CAMARGO P.
Gracias a ti Martha y mucho ánimo.
Qué bien me viene este artículo precisamente hoy. Uno de esos días en que tengo mil pequeñas tareas que hacer que logran convencer a mi mente de que son más urgentes que el rato de estudio de la mañana. Gracias por esta web. Me está ayudando mucho. Un saludo de una estudiante de casi medio siglo que no se rinde nunca.