Entra junio. Ya queda poco para esa oposición que llevas tanto tiempo preparando.
¿Deberías dar una vuelta más al temario? ¿Pulir un poco tus unidades didácticas?
En el post invitado de hoy, mi compañero Sergio Martínez te aconseja algo distinto: Ve un paso más allá y marca la diferencia ante el tribunal.
Sergio es profe de inglés como yo y cuando le conocí me sorprendieron dos cosas: es una máquina en su trabajo y nunca le he visto de mal humor. Da igual que sea un lunes a primera hora o un viernes a última, siempre le veo sonriendo 🙂 Es de los compañeros con los que da gusto trabajar.
Por supuesto le asalté a traición y le hice prometer que iba a escribir un post con los consejos esenciales que le daría a un opositor (de educación) que se va a enfrentar próximamente a su examen.
Muchos me escribís pidiéndome que publique experiencias como esta y yo estoy encantado de hacerlo. Tu también puedes ser guest-writer en Zen para Opositores: lee esto para enterarte cómo.
Ayer mismo me lo envió y tengo que decir que superó todas mis expectativas: un post de casi 3000 palabras que tendrás que leer un par de veces para interiorizar sus consejos al 100%
No me enrollo más. Disfruta del post.
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INTRODUCCIÓN
Llega junio, y con él toda la bacanal de emociones y sentimientos desbordados: ansiedad, nerviosismo, histeria… todo parece tan cerca que la mente se llena de pensamientos y sensaciones que pueden hacernos colapsar al más puro estilo castillo de naipes.
No es nada raro que ante tal avalancha de sensaciones nuestra cabeza diga ‘basta’ y tendamos a lo que comúnmente llamamos como “ir a lo seguro”:
- “Me repaso lo que ya llevo estudiado y así lo afianzo.”
- “¿Cómo me voy a poner AHORA a hacer esto o lo otro? ¿Estás loc@?”
- “Psché…con el poco tiempo que me queda, bastante tengo con saberme lo principal y dominarlo mejor que otros…”.
Como diría el anuncio aquel del comparador de seguros: ¡¡¡EEEERROOOOOOR!!!
Sabemos que estamos encarando la recta final y que, ante situaciones de alto estrés el cuerpo y especialmente, la mente, buscan una salida eficiente (que no eficaz) de modo que con el mínimo consumo de energía saquemos el máximo provecho posible. Es lo más normal del mundo y propio de nuestro instinto natural de supervivencia.
Vale, estupendo: te sabrás mejor tus temas, estarás más concentrado durante más tiempo, sentirás menos presión y más seguridad y puede que hasta entres en estado de nirvana mientras repasas todo lo aprendido y cierras tu mente y tu tiempo a cualquier cosa nueva o diferente que tenga que ver con la oposición para evitar entrar en pánico.
¿Llegarás bien a la oposición? Al 100%.
¿Lo harás bien? Absolutamente.
¿Aprobarás? Casi con seguridad.
¿Sacarás plaza? Depende.
¿De qué depende y por qué? Aquí te lo explico.
Bien, con esto quiero hablaros de un tema que todo el mundo conoce y comenta, pero que poca gente lleva a la práctica a la hora de encarar la fase final de oposiciones: si queremos conseguir la plaza, debemos marcar la diferencia.
Ojo, no quiero decir que dominar el temario, hacer mil casos prácticos hasta que me reviente la muñeca y aprenderme la legislación de memoria cual jurista no sea importante. De hecho, todo eso es la base de nuestra pirámide. Si quiero marcar la diferencia, tengo que dominar antes lo esencial.
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EL PORQUÉ DEL DETALLE Y HASTA QUÉ PUNTO INFLUYEN ÉSTOS
Para entender un poco mejor todo esto, os pondré en situación. Conseguí sacar la plaza por inglés en 2015; acababa de terminar la carrera (con un expediente mediocre, por vago) y era la primera vez que me presentaba a unas oposiciones; por tanto, mi baremo de méritos era (hablando en plata) una auténtica mierda.
Sentía que tenía que enfrentarme a gente con 2 o 3 oposiciones a las espaldas, con baremos de 10 puntos y con el temario ya aprendido de memoria (para mí auténticos gigantes contra los que se me antojaba imposible luchar de tú a tú).
Sabía que si quería aspirar a algo más, tenía que hacer cosas que ellos no hicieran, tomar ciertos riesgos, ir más allá y dejarme el aliento más que nadie para no ser “uno más del montón”. Eso sí, con cabeza y sin pasarme de listo, ya que tomar estos riesgos te expone más y puede resultar un arma de doble filo, aunque eso es algo de lo que ya hablaremos más adelante…
Bien, esto justifica en cierto modo la necesidad propia y personal de desmarcarte de los demás, pero existe otro motivo: el tribunal.
El tribunal, ese grupo de personas tan temido y que tantas pesadillas han causado. Pues bien, ¿cuántas veces no hemos pensado y hemos dicho nosotros mismos eso de “joder, si son maestr@s y personas como nosotros que también pasaron por lo mismo”?
Imitando otra vez al anuncio ese que he dicho antes: ¡¡¡ACIEEEERTOOOOO!!!
Algún día ese tribunal lo formaremos nosotros (ojalá) y evidentemente, evaluaremos con todo el conocimiento de causa del mundo. Pero para entender todo esto, tenemos que ponernos en la piel del tribunal.
Pensad en qué hicieron ellos para sacar su plaza, en la cantidad de materiales curriculares y docenas de libros de editoriales habrán pasado por sus manos, en la cantidad de casos diferentes que habrán visto en el aula; pero sobre todo, la cantidad de opositores que compondréis el tribunal y el poco tiempo que tienen para hacer un juicio fiable del trabajo de todos y cada uno.
Imaginad corregir unos 150 exámenes, todos parecidos, bien elaborados, con buena letra, con la legislación exprimida al máximo… vamos, lo que se supone que se espera de todos nosotros, ¿no?
Imaginaos pasar a la defensa oral, a la encerrona… ya no sois tantos pero igualmente escuchan durante una hora a ocho o nueve de vosotros al día, durante varios días seguidos sin descanso, muchos de esos opositores con un discurso y presentación similares…
Agobia ponerse en esa situación, ¿verdad? Bien, teniendo esto en cuenta y dando por hecho que son maestros como nosotros y personas profesionales, todos debemos saber ya que:
- Haciéndolo medianamente bien se pueden aprobar ambas fases.
- Haciéndolo bien se puede sacar notable.
- Haciéndolo muy bien puedes llegar al notable alto o sobresaliente.
- Haciéndolo único y significativo para ellos, puedes marcar la diferencia en la que residen las notas altísimas (aquellas con más de un 9 o 9,5).
Pero venga, dejémonos ya de palabras vacuas y pasemos al Rock n’ Roll puro y duro; “vamos dinos qué detalles son aquellos de los que hablas”.
Algunos ejemplos
Fase escrita
Bien, sabemos que en la fase escrita no tenemos mucho margen para diferenciarnos, puesto que está todo muy normalizado, cada tribunal establece sus normas y los temas son los que son. Aún así, hay lugares para el detalle en cuanto a aspecto visual y contenido, y hay que saber aprovecharlos al máximo.
Primero de todo, nos centraremos en los detalles visuales, ya que es lo primero que capta la atención. Muchos diréis “joder, es lo obvio y lo primero que nos dicen los preparadores o las academias”, pero cuesta ponerlos en práctica en el momento de nerviosismo cuando te plantan el folio delante de las narices:
- La portada. Se trata del aspecto más crucial dentro de esta categoría: ¡¡es la primera impresión que se van a llevar de tu examen!! Elabora una portada bonita, limpia esquematizada y con un índice que explique claramente los aspectos y puntos que vas a tratar (tan obvio que hasta duele).
- Haz la mejor letra de tu vida. Tienes 3 horas y media para elaborar tema y supuesto práctico; tampoco dura tanto como Ben-Hur, pero es bastante tiempo para redactar un buen tema y cuidar la presentación a la vez.
- Limpieza. Os lo dice un tío al que le lleva sudando la mano desde antes de nacer, cuanto ni menos con nervios. Prueba con 1000 bolígrafos o 1001, hasta que des con ese que pinte suave, te deje hacer un buen trazo y además no deje un manchurrón azul cada vez que plantes la mano al pasar por encima.
- Márgenes y sangría. Si Freud levantara cabeza podría sacarnos complejos sexuales sólo con mirar cómo empleamos el espacio del folio. El tribunal no lo hará, pero sí que va a valorar mucho que tus líneas sean rectas y el papel parezca impreso.
Ahora pasemos a los aspectos de contenido, que es donde nos jugamos la mayor parte de la nota en la fase escrita:
- Que se note tu esencia: Tan importante como complicado a la vez. En la parte escrita, especialmente en el tema, no tenemos mucho margen para que marcar nuestro estilo, por eso es muy difícil dominar este aspecto. Debemos ceñirnos y dominar el contenido de nuestro tema pero al mismo tiempo “darle una voz” a nuestro examen. No debemos parecer la imprenta de Gutenberg y vomitar todo lo que nos hemos aprendido casi de memoria, sino conseguir que todo eso tenga personalidad sin perder calidad de contenido (por eso es tan complicado, ¡pero cuando lo domines tendrás el poder de la retórica en tus manos!).
- Cita, cita, cita, ¡cita! No, no me refiero al programa ese de First Dates que echan por la tele. Toda persona mínimamente especializada en su trabajo quiere saber de dónde viene la información relacionada con él. Usar bastantes citas (y de calidad), además de una buena referencia bibliográfica te hará demostrar que dominas el trasfondo de la que es (o va a ser) tu profesión.
- Raciona. Si un punto te lo sabes genial pero otro no, no escribas 10 folios en uno y 2 en el otro, pues probablemente te acabarán descubriendo. Igualmente, hay que saber darle la importancia suficiente a cada parte; no vale decir “he hecho un tema de 20 caras de folio” cuando has dedicado 5 para la introducción y 6 para la conclusión, pajarill@…
- Demuestra que te lo sabes mejor que nadie. Sí, ese de al lado ha ido a tu misma academia, y al otro de más allá lo viste con un temario parecido hace dos meses en la biblioteca; por si fuera poco los supuestos prácticos que has hecho a lo largo del año están sacados de internet y cogidos con pinzas. No pasa nada, porque para eso dominas el temario y la legislación, que es lo que necesitarás para solventarlos de sobra; y si consigues dominar el punto de “darle tu esencia”, destacarás por encima de todos aquellos que acabo de mencionar.
Fase oral (encerrona)
¡Enhorabuena! Si has llegado a este punto es que has superado con éxito la fase escrita y estás ante tu mayor reto. No, no me he puesto en modo “narrador omnisciente” ni “personaje de videojuego”.
Me refiero simplemente a que, cuando lleguéis a esta fase de la oposición (que lo haréis), tendréis en vuestro poder la capacidad de sacar el máximo potencial y poder destacar muy por encima del resto. ¡Ahora es cuando te enfrentas cara a cara, sol@, frente al tribunal y debes demostrar de qué pasta estás hech@!
Sin lugar a dudas estás ante la oportunidad de tu vida, ningún otro momento de la oposición da más juego ni dice más de ti que éste, así que tienes que sacar todo tu arsenal y dejarles con la boca abierta…pero ojo, que sólo tienes “casi” una hora para hacerlo, así que sé consecuente y efectivo.
A continuación te hablaré de algunos consejos y detalles que puedes utilizar para exprimir al máximo vuestro momento de gloria: la encerrona:
- ¿Materiales? SÍ, y todos a mano. Da igual que no se sepa hasta el último momento si se pueden usar materiales o no, si éstos pueden o no ser curriculares, etc. Elabora tantos materiales como hagan falta, todos ellos hechos a mano por ti, evidentemente, y haz que sean increíbles.
- ¿Cuánto es suficiente? En mi caso llevaba dos maletones y un portapapeles tamaño A2 conmigo con todo tipo de materiales: mil fichas para todas las unidades, pósters, 4 “big-storybooks”, juegos, canciones, Realia, etc. Es imposible determinar una cantidad ideal, pero ten en cuenta que a la hora de exponer tu defensa, mostrar mucho material te lastrará de tiempo, y mostrar poco material hará tu presentación más pobre y monótona…¡tú decides el punto de equilibrio!
- Cúrratelos como nadie. Mucha gente llevará materiales, pero no todos tienen tu capacidad artística, ¿verdad? Tienes que demostrar que eres únic@ en todos los detalles, y obviamente los materiales son el reflejo de tu trabajo puro y duro.
- Lleva otras 4 programaciones exactamente iguales a la original. “¿QUÉ? ¿Estás loco? ¿Qué fumas? Pásame el número de tu camello…”. No, lo digo totalmente en serio: nada más comenzar tu presentación pide permiso al tribunal para entregar otras 4 programaciones idénticas (mismo encuadernado, tamaño, etc.) al resto del tribunal. Debes hacerles sentir a todos igual de importantes y ahorrarles esfuerzo a la hora de seguir tu presentación, además de ser un detalle de esos que marcan la diferencia. ¿Que no te dejan? No pasa nada, ya has hecho el intento y lo valorarán. ¿Que te lo permiten? Perfecto, tienes a todos siguiendo cada uno de tus pasos al mismo tiempo y por igual: ahora ya eres el epicentro de la acción.
- Que tu programación sea ÚNICA. Es el momento de pedirle a ese amigo que sabe usar photoshop que te haga una portada bonita e invitarle a 4 cervezas, de sacarle partido a ese “mierdicurso” de Word que hiciste en la carrera para convalidarte créditos de libre configuración… En definitiva, tu programación debe ajustarse a los requisitos de la Orden, pero tú puedes jugar con el resto.
- Sé aún más original. En mis programaciones incluí al final (en la cara interna de la contraportada) un sobrecito de plástico con un pendrive planísimo en forma de llave que tenía el mismo color de la portada en el que venía la propia programación en PDF. En él venía grabado a láser mi nombre, apellidos e incluso el año de oposición. Cuando me preguntaron el porqué de una llave les dije que simbolizaba la llave que abría la puerta al trabajo de mis sueños (en realidad era el único modelo de pendrive que quedaba y tuve que tirar de creatividad). Sé original, creativo, ¡lo que sea! Si no es un pendrive, un CD, una clave a una carpeta compartida en Dropbox con tu programación…
- Saca al psicólogo, payaso, músico, showman, actor, escritor, presentador… que llevas dentro. Si vas a ser alguien que estará solo delante de 30 alumnos y ante todo tipo de situaciones diarias, debes ser la persona más polifacética del mundo, además de transmitir confianza y seguridad, ¿verdad? La oposición no es pura seriedad…mira a todos los miembros del tribunal por igual, sonríe, suelta alguna coletilla, esconde los nervios aunque te estés muriendo por dentro, actúa, y si incluyes una canción en tus actividades, ¡báilala y cántala! Si vas a ser el referente de una clase entera de niños y el tribunal lo sabe, piensa que ellos son los niños. Hay que hacer valer la máxima aquella de que un maestro debe saber ser y hacer cualquier cosa.
- Hazles partícipes de todo. Cuando estés presentando los materiales y las actividades, modélalas delante de ellos, acércaselos y deja que los toquen, los vean, los usen… ¡no muerden! Son maestros con infinita curiosidad y seguro que les interesarán para poder imitarlos o ponerlos en práctica en sus clases.
- El tiempo es oro, ¡termina un poco antes! ¿Recuerdas que hace un momento decía que tenemos “casi” una hora para demostrar lo que valemos? Bien, piensa que hay un turno de preguntas, además de que luego tiene que entrar otro opositor detrás tuy@. Intenta cuadrar tu defensa en 50 o 53 minutos y les darás un margen de aire que seguro valorarán muy positivamente.
- Lleva tu defensa estudiada y ensayada hasta el último segundo. No dejes que nada te pare: es tu hora, tu momento y nada puede detenerte…ni siquiera tú mismo. Si quieres ser el/la mejor tienes que ser dinámic@, controlar todo y no permitir un solo vacío en tu discurso ni que te vean dudar, ¿y cómo se consigue eso? Practicándola hasta morir.
- Sé un ordenador: analiza. No todo es juerga y cachondeo, habrá algunos tribunales que no te den pie a mostrar las actividades de manera lúdica, sino esquemática, o que no sonrían ante tu chascarrillo estrella. No lo sabrás hasta que no te plantes frente a ellos, así que ponles a prueba, analiza la situación, ve poco a poco y no te cueles, o se llevarán una muy mala impresión tuya, y no queremos eso.
- Por último: SÉ TÚ MISM@. Al igual que comentábamos en la fase escrita, tienes que darle tu carácter y personalidad a todo lo que hagas, es la única manera de que vean que dominas todo y que marcas la diferencia, pero esto también es lo más difícil… ¡Saca a la luz todas tus habilidades como nunca antes!
Ya hemos hecho recuento de algunas estrategias para sacarle el máximo provecho a tu oposición, pero como todo, no hay una regla escrita que garantice el éxito; esto nos lleva a la siguiente parte.
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EL RIESGO DE TOMAR RIESGOS
Si quieres marcar la diferencia, es obvio que vas a tener que romper ciertas reglas y tomarte unas licencias que no están escritas. Algunos de los consejos que he mencionado antes son muy bienvenidos en la mayoría de los casos, pero no siempre en todos.
Esto, como todo, forma parte del juego… tienes que saber jugar tus cartas, ser lógico y coherente, además de consecuente con todos los demás factores: p. ej. de nada sirve presentar unos materiales del copón si el resto de tu presentación es una basura, etc.
Sé educado, pide permiso para todo, es muy importante no ir de sobrad@ y sobre todo entender que es un proceso serio que da cierto margen a hacer gala de recursos que no están delimitados por la Orden.
Quien algo quiere, algo le cuesta, y está claro que si quieres luchar por la plaza has de tomar ciertos riesgos y salirte del rebaño sin saber qué pueda pasar. La pregunta es: ¿estás dispuest@ a correrlos?
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NUNE AUT NUNQUAM: AHORA O NUNCA
Más claro, agua: AHORA es el momento.
En una sociedad cada vez más especializada, ambiciosa, en la que las futuras generaciones vienen pisando fuerte y más preparadas que nunca, es ahora el momento de demostrar que esa plaza merece ser tuya, y no de otro…
Sólo queda un mes para la oposición, y créeme que aunque parezca que ya está todo el pescado vendido, por muy cansad@ que estés, es en este mes cuando debes dejarte el último aliento y dedicarte a pulir todos esos detalles que te harán marcar la diferencia. De ti y sólo de ti depende…
¡¡ÁNIMO!!
Sergio Martínez Serna.
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Hasta aquí el post de Sergio. Si quieres comentarle algo o hacerle alguna pregunta la puedes dejar en los comentarios. Me ha dicho que se pasaría por aquí para contestaros.
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Como dice Sergio: «Ánimo» y a por ese esfuerzo final. Tu plaza te está esperando.
¡Muchísimas gracias Sergio! Un post curradísimo and very valuable :).
Y a ti también como siempre Javier, este año me tendréis por Sevilla intentándolo, aunque llevo desde septiembre ya en coles, que no sé si te lo conté.
Cheers
Jorge, qué alegría verte otra vez por aquí.
Esa experiencia que dices que llevas desde septiembre va a marcar la diferencia, no lo dudes.
Y si después del jaleo te quedan ganas de contar tu experiencia por aquí ya sabes 😉
Este puede ser tu año… good luck!
Si apruebo la contaré :), finger crossed!
Por cierto, ¿dónde compraste el pen con forma de llave y lo pusiste con láser Sergio? Me ha gustado la idea pero sólo encuentro en alibaba y estos sitios que tardan un mes en llegar, además sin que venga grabado…
Thanks!
¡Muy buenas, Jorge!
Antes de nada, muchas gracias por tu comentario :).
El «problema» con el pen es que quien los consiguió fue una compañera que estaba de interina en Granada durante esos meses… éramos 3 compañeros que íbamos al mismo preparador y siempre estábamos buscando e inventando cosillas, además de compartir muchas de ellas… Es por eso que surgió esa idea y en apenas una semana esa compañera los consiguió allí, aunque le he preguntado y no se acuerda del sitio exacto.
En cualquier caso, busca alternativas: pendrives baratos con poca capacidad a precio asequible (una programación en PDF apenas ocupa 3 o 5Mb) y les pones una pegatina con el nombre, CDs, enlace a carpetas o nubes compartidas en la web donde se pueda tener acceso a ella… ¡recuerda que la creatividad es la clave! 😉
¡Mucho ánimo y a por todas!
Muchas gracias Sergio, ya me las apañaré de alguna manera :).
Un saludo
Muchísimas gracias, Sergio, por el magnífico post y también a Javier.
Que tengáis unas vacaciones estupendas.
Un abrazo.
Super artículo sobre oposiciones con muchos buenos consejos necesarios para tomarse en serio las oposiciones, gracias !!
Hola, muchas gracias por el blog resulta de gran ayuda y por este gran artículo.
Hay una duda que me queda, en mi caso, la comunidad a la que me presento el examen del tema desarrollado hay que leerlo y me pregunto si cuando se lee se redacta de diferente manera que cuando te lo leen, es decir, al leerlo hay que poner el índice con todas sus partes y todos los puntos enumerados e ir leyéndolos o si es un examen que hay que leer eso queda muy artificial y es mejor redactarlo como si fueras a hacer una exposición oral?
Quzá quede mejor como una exposición, pero no lo tengo claro, no sé si al leerlo sin los puntos pueden restarte por no indicarlos al ser una parte que pueden puntuar y valorar. También me gustaría saber si es necesario relacionar el tema con el currículo y con las asignaturas en las que se impartiría ese tema. En mi caso me presento a un módulo para formación profesional y no sé si va igual que para secundaria.
Muchas gracias, un saludo.