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¿Quienes son los nuevos opositores?
Soy Mujer, tengo más de 40 años, niños… y voy a aprobar.
Los nuevos opositores no acaban de salir de la universidad, son producto de la crisis, mayoritariamente mujeres, con hijos a su cargo y vienen pisando fuerte.
Yo me metí en mi tercera carrera pasados los 30 al mismo tiempo que preparaba oposiciones y las aprobé. Cuento la historia completa AQUÍ.
Como ya llevo casi tres años en dospuntocerolandia y mi historia llama la atención, muchos días recibo comentarios y preguntas como estas:
¿Te resultó difícil sacar las oposiciones después de los 30?
¿Cómo compaginabas estudiar y trabajar?
Tengo cargas familiares.
Tengo que trabajar por las mañanas.
Soy demasiado mayor para estudiar
¿Ves viable poder hacerlo?
Pues sí, lo veo viable. Si estás dispuesto a sacrificarte y a organizar tu tiempo como nunca lo has organizado en tu vida.
Y lo cierto es que si has decidido hacerlo y estás en esta situación tienes muchas posibilidades.
Las ventajas que tienen los nuevos opositores
Por decirlo de alguna manera: no tienes la cabeza igual a los veintipocos que a los treinta y tantos o incluso a los 40.
Tus ideas están más claras, tus objetivos están más meditados, tus prioridades son más urgentes y tu valoración del (poco) tiempo que tienes es mucho más certera.
Si además eres mujer creo de verdad que es una ventaja. Las opositoras suelen ganar a los opositores por goleada.
Aguantan mejor la presión, tienen más espíritu de sacrificio y gestionan mejor el estrés.
Hace un par de meses realicé una encuesta en el blog y descubrí dos cosas interesantes: el 90% sois lectoras y un 40% entre los 30 y los 40, hay un 10% de más de 45 años.
Por supuesto es sólo una encuesta pero creo que es bastante representativo del público del blog, basándome además en los comentarios y correos que recibo.
Mi impresión es que está bastante bien orientado a la media que hay ahora mismo en España y que los nuevos opositores están en una proporción del 30 por ciento con respecto a los opositores «clásicos» (los que han terminado la carrera recientemente)
Lo que percibo también por los comentarios y correos que me llegan es que estos nuevos opositores tienen la impresión de estar en desventaja. Algo que no es cierto.
La motivación de los nuevos opositores
Su motivación es la misma que la tuya.
La seguridad: la motivación más básica del ser humano.
Decía Hegel que el principio de todo ser es mantenerse en su ser.
La programación que traemos de serie, en la parte más primitiva de nuestro cerebro, es la que nos dice: necesitas comer, un lugar donde dormir y proteger a tu familia.
A todos nos atraen los desafíos, mejorar como personas, arriesgarnos etc. pero lo cierto es que en el fondo queremos seguridad, estar tranquilitos y relajados.
Después de «la crisis» hubo muchas personas que perdieron su empleo o simplemente dejó de ser viable que un solo conyuge trabajara.
De repente el tema de las oposiciones empezaba a sonar bien y ser funcionario público todavía mejor.
Pronto cayeron en la cuenta de que la idea no sólo se les había ocurrido a ellos, que la oferta pública no era numerosa y que preparar oposiciones era más complicado de lo que parecía.
Cuando escribo esto se acaba de dar a conocer la oferta de empleo público más grande de estos últimos años: 250.000 plazas en los próximos 3 años y otras 67.000 en 2017.
quizás sea esta la oportunidad que esperaban los nuevos opositores.
Yo veo una determinación en estos opositores y un espíritu de sacrificio que no veo en todos los recién salidos de la facultad. Lo cual es normal. Yo también estuve un par de años muy desorientado.
Pero ¿qué motiva a estos nuevos opositores? Básicamente lo que me motivo a mi mismo cuando tuve que aprobar mis opos:
No me quedaba más salida que aprobar. Mis ahorros se acababan.
A veces la mejor salida es no tener ninguna otra.
Es la motivación definitiva para decidirte a sacrificar parte de tu presente para conseguir un futuro mejor.
Testimonios de nuevos opositores
Yo admiro mucho a los opositores que trabajan. Sobre todo si son opositoras y además son esposas y madres que se meten en este «fregado» porque quieren mejorar su vida.
En general la capacidad de sacrificio de las mujeres supera a la de los hombres y hablo desde mi experiencia. Mi mujer es infinitamente más inteligente, organizada y productiva que yo 🙂
Hace poco escribí un post: Opositar y trabajar que puedes leer aquí.
Fueron muchas las lectoras que se sintieron identificadas y algunos quisieron dejar su testimonio en los comentarios.
Los últimos están extraídos de este artículo de El País, los incluyo porque me parecen interesantes y representativos.
Bella Salud Bella
Llevo en el mundo de las oposiciones más de 10 años. Al principio, mi objetivo era meter cabeza como interina. Estaba harta de trabajos precarios e inestabilidad, sin saber que el ser interina me iba a dejar en la misma situación que antaño. Tantos años para lograrlo y , al final, la Junta decidió que ya no valía, que el maestro de primaria debía ser sustituido por otro de francés. Ha sido el año más difícil de mi vida. Pero no me rendí, en agosto tomé la decisión de prepararme las oposiciones de francés y en ello estoy.
No sé cómo acabará esta aventura, pero os garantizo que el esfuerzo ha sido frenético: temas, supuestos, programación, mejorar el idioma… Sin contar con la presión que llevamos sufriendo con la posible cancelación de las oposiciones.Pero me siento orgullosa de todo lo que he avanzado, de lo sumamente preparada que me siento para afrontar este reto. Repaso una y otra vez los temas, ensayo la exposición oral como una cotorra. Me siento fuerte, me siento capaz, casi invencible. A pesar de que la salud empieza a mermar: fumo más, no hago deporte, atraco la nevera cada vez que me siento abrumada, lo que me ha supuesto aumentar 5 kg de agosto a esta parte… Pero ya estamos en la recta final y no pienso decaer. Se me olvidan los dolores de espalda, la caída de pelo por estrés, el insomnio… Duermo estudiando o estudio durmiendo… No sé qué es más acertado decir.
Mi hija me reprocha que no la llevo al parque, que no juego con ella… Yo la intento consolar con un: «ya mismo acabará todo». Como si esa excusa me alentara a seguir y mantener el ritmo con el convencimiento de que acabará y lo hará bien porque obtendré mi plaza.
Ojalá sea así, al menos pensarlo me hace autoconsolarme.
Suerte a todos en esta carrera de fondo.
¡Que gane el mejor y quien más lo merezca! Yo pienso ir a ese examen segura de mí misma y convencida de que nadie lo merece más que yo y los astros estarán alineados ese día para mí. Jiji!!
Sara:
Gracias ante todo Javier, por todos sus artículos, este en especial muy relacionado con mi día a día, es de admirar que después de haber pasado por el duro camino de las opos, le queden ganas de ayudar a los que todavía estamos en él.
En cuanto a mi caso, el pan de cada día, es estudiar y trabajar; me encantaría realizar ejercicio ( porque me encanta y sufro por no poder hacerlo), pero a pesar de que he logrado planificarme y organizarme ( después de intentarlo muchas veces) no encuentro momento para poder dedicarle tiempo.
Al principio era un alma en pena (casa, comida, cuidar de mis animales, trabajo, pareja, etc), se me hacía un mundo, hasta que me mentalicé y marqué un objetivo (querer mejorar mi vida), visualizando cómo quería que fuese mi vida dentro de unos años ( trabajar en lo que me gusta, estabilidad económica, poder viajar, ect).
Esa fue la medicina que curó mi desilusión,apatía,cansancio…; mentalizándome de que no soy menos que nadie, si otros lo han conseguido yo también puedo.
A partir de ahí, saqué impreso el calendario de los meses que me quedaban hasta el momento de la oposición y organicé el tiempo que le tenia que dedicar a cada cosa ( supuestos, programación,temas), contando siempre con el tiempo real del que se dispone; y a pesar de que acabas al final del día agotada, te sientes satisfecha de haber cumplido el objetivo del día; de hecho el día que por cualquier motivo personal no he podido cumplirlo, he sentido como una especie de “mono” ( como el que se siente cuando estas dejando de fumar), te haces a la rutina.
El lado bueno de los que estamos trabajando ( porque aunque parezca que no, lo hay) está relacionado con una de las frases que antes ha mencionado
“Si tienes poco aprenderás a valorarlo más y sobre todo a utilizarlo mejor” y es totalmente cierto, tener poco tiempo te obliga a ponerte las pilas, a dar el 100 x 100 y exprimir el tiempo al máximo. Ánimo a tod@s los que estudian y trabajan, no estáis sol@s, Con voluntad, esfuerzo y un objetivo claro, todo es posible.
Gracias Javier, eres genial.
Un abrazo
Antonio:
Hola. Me he sentido identificado con el artículo porque tambien pase por el calvario que cuentas. Oposiciones, trabajo y familia, todo en el mismo saco, y haciendo encaje de bolillos para no morir en el intento o no perjudicar aun más la salud mental, no muy buena ya de por si al intentar meterme en semejante berenjenal.
Oposite por una especialidad técnica de FP en Andalucía y a la vez trabajaba en horario nocturno. Asi que para optimizar me grababa los temas tipo podcast y toda las noches me los iba escuchando en el curro.
Esta técnica me fue bien, ya que implica tres tareas, resumir el tema, grabarlo con tu voz y escucharlo una y otra vez.
Os puedo decir que es laborioso pero funciona por el machaque continuo al que sometes el temario y a tus neuronas de camino.
Creo que lo fundamental es la motivación y alcanzar la rutina de estudio, en la cual si vagueas un día te sientes miserable por desaprovechar el tiempo en la innoble tarea de atender a tu esposa y niños.
Ellos realmente son el soporte vital necesario, ya que comprendiendo tu situación van a conseguir que todo fluya más facil y que puedas rascar mas tiempo para resumir ese maldito tema que siempre se encona o definir partes de la programación para la cual habría que haber cursado un máster específico.
Solo comentaros para el que lo intente que no es imposible, que se arme de motivación, un buen planning y altas dosis de paciencia y adelante con ello. Yo finalmente aprobe sin plaza, pero estoy en bolsa y a dos puestos de que se cumpla el sueño de ser profesor y trabajar de lo que siempre me ha gustado.
Saludos!
Saray:
Hola! Me llamo Saray y también me he sentido muy identificada con el artículo. En mi caso, yo lo conseguí el año pasado. He estado 7 años y algunos meses como interina y el año pasado decidí que tenía que hacerlo mejor que nunca.
Y ha sido la vez que más lo he peleado. Vivía con mi pareja a una hora de coche de mi destino de trabajo. Todos los días eran dos horas de carretera y el rato que sacaba de estudio por la tarde no podía ser todos los días el mismo.
En mi provincia no había academia para mi especialidad, así que los viernes me desplazaba a Granada para asistir a clase. Eran las 2h de ida y vuelta al trabajo mas 2 horas de ida y 2 de vuelta a Granada.
No pude hacerlo todos los viernes del curso. Pero muchos si.
Además de eso, organicé con mi compañera de departamento un intercambio en el cual participé y al cual también me quitó varias horas de estudio. También preparamos exámenes oficiales y tuvimos que ir varias tardes al instituto.
A todo esto, al igual que todos los compañeros, hay que sumar las obligaciones personales de cada uno que también requieren su tiempo.
Mi gran apoyo fueron tres amigos de la carrera con los que asistí a la academia y con los que compartí todo tipo de momentos. Y por supuesto mi familia y mi pareja.
Y finalmente lo conseguimos. La satisfacción ha sido y es muy grande.
Quiero animar a todos los compañeros que cada día pelean por lo que les gusta y por lo que creen! Ánimo y a por todas!
Saludos
Juan
Durante 19 años, 10-12 horas diarias, 6 días por semana y estar localizable durante las vacaciones en una empresa privada aguanté a un maleducado y déspota. Tras una discusión con su imberbe y consentido heredero decidí que hasta ahí había llegado. Me enclaustré durante un año memorizando 70 temas y realizando supuestos prácticos. Fue como el César:»vini, vidi, vinci». En mi primer día de trabajo en lo público iba con la idea preconcebida de que los funcionarios eran unos vagos y que no le dan un palo al agua. Nada más lejos de la realidad. Encontré, salvo las excepciones que manchan a la mayoría, gente que cumple su horario, con sus tareas e incluso algunos nos llevamos expedientes o trabajo a casa para adelantar.
Financial Circus
Este invierno, en el curso de Tecnicos de Hacienda (el año pasado aprobé la oposición, y luego tienes que hacer un curso duro y exigente en Madrid), habia mucha gente de más de 35. Casad@s y con hijos. Y eran de turno libre. Nada de promoción interna.
Lola
Los jóvenes que no quieren estudiar y desaprovechan los años en los que pueden hacerlo fácilmente deberían aprender de estas situaciones que se seguirán dando en el futuro.
Joe Pesci
La crisis llamada de las puntocom causó mi despido en el 2001 con cuarenta y tres años. Con casi 20 años de experiencia en producción, medio ambiente, calidad, atención técnica al cliente, etc. en un entorno de hitec sólo me ofrecían puestos como de becario y todo aparentaba que era necesario ir con enchufe. Mientras cobraba el paro me preparé unas oposiciones. Las saqué a la segunda. Contaba como ventaja para mí el no darme corte hablar en público y tener un buen nivel de inglés. Creo que es lo mejor que me ha pasado en la vida en el plano laboral.
Opo_Museos
Como siempre, estupendo post. En mi caso sí soy mujer, aunque aún me quedan unos cuantos años para los 40 y no me planteo tener familia en este momento, si bien sí llevo varios años independizada. Me siento bastante identificada con muchas de las cosas que comentas y creo que has dado en el clavo con el perfil general que trazas.
Yo soy nueva opositora por un motivo muy simple: cuando acabé mi carrera, del ámbito de las Humanidades, ya no se convocaban mis oposiciones. De hecho, durante unos 6 años no se han convocado, así que al licenciarme opositar no era una opción. Como muchos de mi promoción, me puse a trabajar y cursé posgrados, que entonces tenían un precio asequible (pero no me sirvieron para acceder a ningún trabajo acorde a mi formación). Ahora que se han reactivado las oposiciones de mi campo (o eso parece, ya veremos qué pasa con la OEP de 2017, si la hay), y harta de trabajos temporales que no responden a mis estudios y no me conducen a ningún sitio, me he decidido a dar el salto.
Sinceramente, dudo que hubiera sido capaz de prepararme estas oposiciones con 23 años, recién salida de la universidad: mi concepción del tiempo, del esfuerzo y de mí misma era muy diferente. No tenía madurez personal y sobre todo intelectual para intentar preparar algo decente. Ahora, con experiencia profesional, prioridades claras y zancadillas de todo tipo a mis espaldas, considero que es el momento de preparar una oposión. Y como a muchos (y sobre todo muchas), me lo juego todo a esta carta porque hoy día con más de 30 años, sin contactos y encima siendo mujer es imposible encontrar un trabajo decente que permita sobrevivir no ya en mi sector, sino en cualquiera dentro de España.
Supongo que cuando tienes la espada de Damocles colgando sobre tu cabeza (edad, ahorros que se acaban, reloj biológico…) te “pones las pilas” como sea. Ya veremos sí sale todo bien. Ganas y esfuerzo no faltan. Un saludo y mucho ánimo a todos los que estáis opositando.
¿Qué has aprendido hoy?
Los nuevos opositores están aquí y cuidado con ellos porque vienen hiper-motivados.
Al final esto es una carrera de fondo. El que es capaz de conseguir sus objetivos día a día va a acabar llegando a la meta: es sólo cuestión de tiempo.
Este post lo inspiró un artículo que leí el otro día AQUÍ y que compartí por mi Facebook y Twitter
(sígueme si no lo haces ya, comparto cosas que molan mucho :-))
¿Estás en esta situación? Me gustaría mucho que compartieras tu historia en los comentarios.
No olvides suscribirte al blog. Te regalo un interesante libro que te ayudará a opositar de manera más eficiente.
Como siempre, estupendo post. En mi caso sí soy mujer, aunque aún me quedan unos cuantos años para los 40 y no me planteo tener familia en este momento, si bien sí llevo varios años independizada. Me siento bastante identificada con muchas de las cosas que comentas y creo que has dado en el clavo con el perfil general que trazas.
Yo soy nueva opositora por un motivo muy simple: cuando acabé mi carrera, del ámbito de las Humanidades, ya no se convocaban mis oposiciones. De hecho, durante unos 6 años no se han convocado, así que al licenciarme opositar no era una opción. Como muchos de mi promoción, me puse a trabajar y cursé posgrados, que entonces tenían un precio asequible (pero no me sirvieron para acceder a ningún trabajo acorde a mi formación). Ahora que se han reactivado las oposiciones de mi campo (o eso parece, ya veremos qué pasa con la OEP de 2017, si la hay), y harta de trabajos temporales que no responden a mis estudios y no me conducen a ningún sitio, me he decidido a dar el salto.
Sinceramente, dudo que hubiera sido capaz de prepararme estas oposiciones con 23 años, recién salida de la universidad: mi concepción del tiempo, del esfuerzo y de mí misma era muy diferente. No tenía madurez personal y sobre todo intelectual para intentar preparar algo decente. Ahora, con experiencia profesional, prioridades claras y zancadillas de todo tipo a mis espaldas, considero que es el momento de preparar una oposión. Y como a muchos (y sobre todo muchas), me lo juego todo a esta carta porque hoy día con más de 30 años, sin contactos y encima siendo mujer es imposible encontrar un trabajo decente que permita sobrevivir no ya en mi sector, sino en cualquiera dentro de España.
Supongo que cuando tienes la espada de Damocles colgando sobre tu cabeza (edad, ahorros que se acaban, reloj biológico…) te «pones las pilas» como sea. Ya veremos sí sale todo bien. Ganas y esfuerzo no faltan. Un saludo y mucho ánimo a todos los que estáis opositando.
Buena reflexión Opo-museos, te deseo mucha suerte y recuerda que el que resiste gana y cada paso que das te deja más cerca de tu objetivo.
Te sigo en twitter pero creo que es la primera vez que te veo por aquí.
Si no te importa voy a incluir tu comentario arriba.
Un saludo.
Hola, Javi. Muy buenas reflexiones, como en todos tus artículos. Pero aquí das con una clave importante: ¿de dónde sale la motivación para estudiar las oposiciones?
Por experiencia, y según cuenta la mayor parte de mis lectoras, es el hecho de tener un trabajo que te gusta de verdad y, además, con estabilidad laboral.
Y, aquí, la edad hace mucho: porque para luchar por esto, el no tener cargas emocionales, familiares o materiales, hace mucho. Puedes dedicar casi el 100% de tu tiempo no-loboral a la preparación de las oposiciones. Es más, si durante un tiempo eres interina -vas ganando puntos-, no tienes problemas para moverte por diferentes lugares y CCAA, así tienes más posibilidades de conseguir la plaza en la parte de concurso.
No digo que los que están en la situación contraria no deban ir a por unas oposiciones. ¡Ni mucho menos! Cuentan con experiencia, sabiduría y un gran apoyo emocional, que puede que las nuevas generaciones recién salidas del horno no tengan. Pero, por ello mismo, se debe pensar muy bien si realmente quieren esa plaza o no, porque ir a intentarlo a medio gas no sirve de nada.
Es mi sincera opinión como espectadora. Aquí cada uno tiene su vida y su situación, y no pinto nada en ellas, jajaja. Sólo espero ayudar a reflexionar y dar fuerzas a quien las necesite.
¡Un besazo!
Hola MJ, efectivamente las motivaciones de cada uno son diferentes y lo más importante es tener alguna que tire de tí en los momentos más bajos. Da igual que tengas 40 años o acabes de salir de la universidad, como siempre digo; el que resiste gana y esa resistencia sale en gran parte de una motivación sólida.
Muchas gracias por tu comentario. Besos y abrazos!
Opositora a bibliotecas desde hace 3 años, 44 y una niña de 9 y trabajando
Hace tres días decidí que no quería seguir saltando de un trabajo precario a otro. Cuando le comunico mi decisión de prepararme unas oposiciones a mi orientadora en el SAE, me dice que «Cuidado! conozco gente que ha caido en depresión! Hay que ser muy constante, y tenerlo muy claro…tú lo tienes claro?» No le contesté como era debido por no sonar borde, pero quizá debería haberlo hecho. Cuando miro a mi hija de 17 meses, sé que no quiero perderme nada de ella, quiero poder coger algún día libre si se pone malita y disfrutar mis tardes libres con ella. ESA es mi motivación y creo que nunca podré tener una motivación mayor que esa. Pero claro, tengo MIEDO, mucho miedo. Y sobre todo, no sé por donde empezar. Esto es un mundo paralelo!